Francisco Brines, "Mere road"
Merece la pena emplear unos minutos de nuestro tiempo para observar la sensibilidad que tienen algunos jóvenes, como este alumno de 1º de Bachillerato que demuestra que la poesía está viva y tiene mucho que aportarnos, sea cual sea nuestra edad.
"Mere road". Enlace al poema de F. Brines.
Este poema de Francisco Brines me ha hecho detenerme a pensar acerca del tiempo. Sobre la forma en que pasa ante nuestros ojos y sobre cómo llega un momento en que lo echamos en falta.
El punto de vista del poema es el de un hombre que, desde su ventana, observa a unos jóvenes que miran una casa en construcción, la casa de Mere Road. Este hombre, el cual no sabemos si es el propio Brines o un personaje salido de su imaginación, intuye las emociones, conversaciones e incluso proyecta el futuro de los jóvenes que se detienen ante la casa. Se imagina cómo, pasados los años, uno de esos jóvenes echa la vista atrás y recuerda ese preciso instante en el que simplemente miraba aquella casa. Lo recuerda como una anécdota de juventud en la que se sentía feliz. El recuerdo le hace sentir añoranza mezclada con una "fría soledad".
Este poema me ha transmitido cierta sensación de desasosiego. El joven descrito sabe que su momento ya ha pasado y que le queda poco tiempo, y eso le crea un nudo en el estómago. De hecho, cuando se lleva la mano al pecho siente el hueco de una sombra. Esta sombra es, en mi opinión, lo que inevitablemente será, o lo que ya es: nada. Esa sensación de "nada" es lo que resulta más inquietante de todo.
Otra de las impresiones que he tenido es la de que existen ciertos momentos de nuestra vida que, sin saber por qué, recordamos de forma especial. No es que sean esencialmente especiales, pero nos transportan a otro instante de nuestro ser y eso nos hace sentir añoranza por lo que fuimos y sentimos en el pasado. Sorprende cómo, mediante un lenguaje sencillo, este poema nos puede evocar tantas cosas. De nuevo, cabe decir que la interpretación de Brines sobre el paso del tiempo es la pieza clave que hace que sintamos nuestros propios miedos y pasiones descritos en el poema.
(J. Cabrera. 1º A Bachillerato)
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